Es una pena, pero ayer, no llego a mañana.
-!Pero ayer no era hoy¡-Gritaba desesperadamente, mientras
le arrancaban de su casa, de su tierra, le arrebataban toda su vida. Engañad@s
Epero que la demora, no se convierta en derrota, que me
llegue un rumbo, un tiempo de estos. Quizá no hoy, quizá mañana.
Sigo sin preguntas para mañana, sigo sin respuestas para
hoy, no se por que sigo, pero aqui estoy, con la lección olvidada desde ayer.
En la feria de los versos ganaba siempre la nieve, aunque en
una ocasión hace mucho tiempo, el premio se lo llevo la descripción de una gota
Simetría en las palabras, corrección en los conceptos, almas
sin orejas, encarceladas, sin reflexión ni destino. Solas entre tantos.
Estoy maldito y lo bendigo, antes me dejaba llevar por el
destino, sin saber que el amor era mi poco tiempo.
Dos manos son diez dedos, una sola todo un poema, dos ojos
una lectura, y una voz, el eco de un alma en letras.
Sin complejos, decidámonos, preguntas o respuestas, no hay
tiempo para las dos. Ni ayer, ni hoy, ni mañana.
Jugar con la voz de las letras," desarrollado",
"arrollado sin des", jugar con el mundo, en palabras.
Vendía de feria en feria, el caldero de oro del final del
arco iris. No consiguió comprador, nunca.
Me debo a mi público, se le oyó susurrar, antes de dictar
sentencia.
No puedo soportar la mirada de abandono, que siempre me
dedica mi pluma.
Hablemos de la luna, vamos a dedicarle el tiempo suficiente,
como para que nos mire.
Mi verano no acabaría nunca y la primavera se apodero de mi,
creí entender el otoño, y odio lo que me queda de invierno. Estoy aquí otro año
Que es la emoción sin unas letras, que son unas letras sin
su emoción.
Soy tan pequeño, que todo el mundo piensa que esta viendo
otra cosa. No me ve.
Estoy vivo, otro año, deseando enfrentarme a mi invierno.
Quien sabe cuando acaba su año, acaba su día, entrada la
noche, entre sueños.
Vuela pluma, escapa de tu encierro, si no eres mía, se
libre.
Los dioses no existen, solo de la imperfección nacen las
letras, del miedo a al olvido, les dejamos que hablen por boca de mujeres y
hombres
No son tiempos de dejar nada atrás, no son tiempos de
esperar al futuro siempre mañana, no son tiempos de desistir de buscar nuestro
mundo.
Es hora de rebelarse contra los tiempos que nos robamos,
todos los que no nos han dejado ser, por estar.
Me faltan pecados capitales, estoy seguro que he cometido
más de siete, llevo un vida hablando con dios para cometer el octavo, algún un
día
Jesucristo intento expulsar a los mercaderes del templo.
Ahora Los Dioses cotizan en bolsa. Le compraron el látigo por más de trece
monedas.
Que es un poeta, sino un trovador sin público, sin nadie que
le cante.
Desde una esquina, llegue a una feria y en mi puesto de
venta de letras, cambio poemas por sonrisas, escuchando a los grandes
trovadores.
Seis pasos le separaban de su cielo después de sangrar toda
una vida, seis pasos por un recuerdo eterno y no quiso darlos. En dos,
descansó.
Te veo cada vez más cerca, cuando te quiero más lejos. Vendrás
a por mi, noto tu aliento hace años, pero ya somos amigos. Te llamo yo.
Soy zurdiestro, ni mujer ni hombre, soy dos o tres letras, o
un desparrame de ellas, soy lo que nadie sabe que soy, un personaje perdido.
Me tiembla tanto la mano cuando empuño la pluma, que dejo
que me aseguren el trazo, mis mejores personajes. [Dios] Y así estamos el
resto.
La voz, siempre falta voz a los versos, una sala llena, unos
oídos prestos, pero la voz siempre falla, esa voz que necesitan para ser ellos.
Miraba de soslayo el último crepúsculo, te esperaré le
decía, refugiado en la idea de la vida.
Vivimos pensando que alguien resolverá nuestra eternidad, en
una lotería absurda, olvidamos todo lo que aprendemos, por un recuerdo.
Son ya horas de dejar descansar al sueño, de esperarlo otro
mañana, horas que como todas, han escapado a milímetros de tiempo. Horas
muertas
Cuando deje de escribir, solo para mi, estaré muerto.
Cuando solo se puede vender tiempo, regalar espacio y vivir
momentos, alguien te acompaña.
Mueren los versos presos de palabras que no se entienden,
refugiados en letras desde hace tiempo, deciden dejan luchar, solos, dejan de
ser.
Si pudiese oir mi voz cuando te hablo, entonaría mis letras
de otra manera. Si la oyese cuando te pego dejaría de hacerlo. Leamos juntos.
Hay cuatro tipos de escritores: De fin de semana, de horario
de oficina, de "a todas horas" y los que robamos horas. ¿Tu que
escritor eres?
Busquemos la voz de nuestros versos, robándonos todos los
tiempos. Busquémonos para poder regalarnos.
Debemos robarle tiempo al tiempo, Nos roba la vida, día a
día, y aún así, debe ser nuestro amigo. Nos debemos parte de nuestro tiempo.
Los sueños, siempre son los sueños los que nos confunden,
nunca nos los escribimos para recordarlos y si lo hacemos, no los recitamos.
Cuando un sueño te apresa, aprende de él lo suficiente, como
para que te deje descansar, de vez en cuando.
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