viernes, 15 de febrero de 2013

Letras vertidas en muchas noches y algunos días, de febrero.

Me clonaron de un cerebro perdido, como un experimento, me convertí en su azote, su dios justiciero, la ecuación me obligaba a eliminarlos.
Por cada vida que salvo con mi investigación, mueren dos en distintas partes del mundo, pero lo importante son los resultados, a fin de mes.
Prosa social, versos comprometidos, donde esta vuestra causa limpia, en estos días confusos, la muerte nos acompaña tanto que no se entiende
Utilicemos esa herramienta que nos distingue, si no somos capaces de tener conciencia de especie, seremos la vergüenza de nuestro futuro.
Profundicemos en recompensas. La eternidad nos espera, cuando ya, no nos espera nada, somos los elegidos de algo que nos engaña.
En pie ante unos ojos, velando sus parpados cerrados, doy sentido a una vida, intentando ser la sombra de una sonrisa, amarle con mi voz.
¿Quienes somos? ¿Quien soy? Si solo tienes respuesta a la primera pregunta, no eres nada.
Cuando la vida pone en nuestras manos su destino, lo menos que podemos hacer es intentar entenderla, antes de modificarla. Esta esperando...
Un gesto, es una sonrisa, una caricia, un gesto es un abrazo donde los cuerpos se funden, cuando nuestros gestos dependan de un dedo...
Utilicemos lo que tenemos a nuestro alcance, para que nuestra herencia no sea, ser espectadores de nuestro destino. Lo mío son las letras.
Que es el tiempo, si se me roba, cuando tengo que decirte algo, como medirte en la percepción distorsionada de alguien que desea dominarte.
Donde voy, ya sin rumbo, perdido en un mar desconocido, ciénaga, mentiras de la historia, yermos caminos.
Solo en la reflexión de soledad se aprende, a que queremos dedicar el porvenir. Cuando nos quedamos solos, somos aprendices del tiempo.
Derrotas son derivas olvidadas, para corregir un rumbo solo hace falta un navegante, pero es mejor surcar los mares en cualquier compañía.
Los imperios lloran ante el dilema de perder su alma por una nueva primavera, luchan por tener la respuesta de la salida del laberinto.
Las velas eternas solo dejan tiempo, para ceder coronas engarzadas en la esperanza irracional del recuerdo.
Nos hablamos en silencio, esperando pensamientos, mirándonos...
Nos mentimos poco, solos y en silencio.
Las voces de la aurora cabalgan en los colores boreales que saben esperar lunas llenas,.
Las letras nunca esperan a los pensamientos, juguetean libremente con los tiempos, olvidan todos los momentos, saben que mueren pronto.
Cuando oímos los últimos pasos que nos buscan, es el final de nuestro viaje. Vivimos y dejamos de vivir. Que más queremos?. Celebrémoslo.
Hay que hablar de vida plena, de pasión desatada, de gemidos, de recompensas, hablemos, dejemos letras en las voces que no pronunciamos.
 

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